Pedagogía de la Memoria

Creemos que la Pedagogía como señala Inés Dussel, no debe ser pensada como un camino o como el mejor modo de trabajar las estrategias más eficaces de transmisión de las memorias del pasado reciente, sino más bien, que la pedagogía debe ser un ejercicio de análisis de los discursos y las prácticas sociales que están disponibles, que circulan, nos rodean como sujetos y actores sociales del presente; y nos muestran cómo estamos atravesados por lo dominante, y al mismo tiempo cómo somos otro distinto que lo dominante. Es así que, evidentemente, no hay una única Memoria sino memorias en plural, que son objeto de disputa política, cultural, histórica y social donde los individuos, los grupos, las instituciones participan y construyen sentidos e interpretaciones que nunca son definitivas ni se clausuran. Es decir, se delinean en el marco de luchas y de relaciones de fuerza, que mutan y se transforman a lo largo del tiempo histórico, cristalizando en algunos momentos en relatos que logran grados de legitimidad social.

viernes, 20 de julio de 2012

Homenaje a Luis Conti en el Concejo Deliberante

LUIS CONTI - ACTOR BALCARCEÑO DESAPARECIDO EL 19 DE JUNIO DE 1976 DURANTE LA ÚLTIMA DICTADURA CÍVICO MILITAR.

Hace tan sólo una semana atrás, hice en la sala de sesiones  del Concejo Deliberante - durante el homenaje - el mónologo del alegato de inocencia de Bart de la obra Sacco y Vanzetti de Mauricio Kartun. Es un buen momento para escribir acerca de ello, las sensaciones están aún a flor de piel. El teatro sabe - dice Jorge Dubatti - saben sus artistas... Y es cierto, el arte todo es un especial modo de conocer y significar el mundo, entonces quienes lo hacen también saben, pero... no sabemos todo.
No sé, por ejemplo, que fue lo que sucedió allí, en el interior de cada uno de los asistentes del público, creo que debe haber sido en menor o mayor medida movilizante, más sólo lo creo, no me sobran las certezas. Puedo sí intentar arrimarme a las variables que determinarían esas distintas medidas, seguramente - pienso - no habrá impactado del mismo modo, por ejemplo, en un concejal (estaban los concejales presentes) del palo político de Nicola y Bart, que en otro que participa de la ideología Juez Thayer al que poco puedan importarle categorías tales como 'la explotación del hombre por el hombre o el atropello contra la dignidad humana'.
No me refiero a que alguno de ellos sea anarquista, eso sería de una incoherencia manifiesta, no se puede ser anarquista y poder del estado al mismo tiempo, a no ser que se padezca esquizofrenia ideológica, pero sí se puede ser concejal y tener simpatía por los oprimidos, o incluso - si es que así fuere - tener conciencia de serlo.
El monólogo se insertó en el homenaje organizado por la Asamblea Permanenente por los Derechos Humanos (con la adhesión del CAIE del ISFDT32) a Luis Conti, actor balcarceño detenido-desaparecido durante la última dictadura cívico militar, el 19 de junio de 1976. Son efectivamente muchos los puntos de contacto entre el texto y lo que podría ser el discurso válido de un detenido desaparecido, les dejo aquí un fragmento:
"Quiero que quede bien claro que siempre he luchado por terminar con el crimen en la tierra, no sólo el crimen que la ley y la moral oficial condenan, sino también ese otro crimen que admiten y protegen: la explotación del hombre por el hombre y el atropello contra la dignidad humana. Y si hay alguna razón por la que aquí se me juzga, si hay alguna razón por la que van a condenarme, es por esa y por ninguna otra. Usted, Juez Thayer, ha estado en contra nuestra desde antes de conocernos. Le bastó con que éramos anarquistas para convertirnos en asesinos. Permítame decirle lo que creo: No son nuestros pecados los que se han juzgado aquí. Son nuestros sueños. Nuestras esperanzas. Eso es lo que han condenado. Lo que creen que podrán matar. Y quieren hacerlo tan solo porque estos sueños nuestros les amenazan la realidad. Soñamos cambiar el odio por amor, y aquí es el odio el que tiene poder. Soñamos un hombre solidario, y esta realidad solo se mantiene con la competencia salvaje. Creemos en la verdad y la libertad y aquí solo valen la opresión y la mentira. Descubrimos que los derechos y privilegios, aquí se adquieren y se mantienen solo por la fuerza. Comprendimos que en nombre de Dios, de la ley, de la patria, se cometen los delitos más feroces; que los pueblos se encuentran corrompidos en el corazón, los sentimientos y la mente por obra del ejemplo y la voluntad de los gobernantes. Pero también entendimos que la igualdad es la única base moral sobre la que puede regir el contrato social humano. Y que si nosotros, y la generación que nuestras mujeres llevan en sus vientres no somos capaces de modificarlo habremos fracasado todos, y la humanidad seguirá siendo cada vez mas mísera y mas infeliz."
Un párrafo aparte merece la sensación que me acompañó luego del monólogo, creí percibir que las palabras de Bartolomeo Vanzetti eran deseadas por unos y por otros, unos querrían poder decir cosas como esas y otros querrían escucharlas en boca de quienes los representan; y no tanto por una pretensión estética en la retórica del legislativo, sino por la maravillosa y maravillante, transparencia, honestidad y profundidad de las convicciones que esas palabras trasuntanEsas palabras impregnan el aire a punto tal, que aún de entre quienes participen de la ideología del Juez Thayer - 'Usted, Juez Thayer, ha estado en contra nuestra desde antes de conocernos. Le bastó con que éramos anarquistas para convertirnos en asesinos. Permítame decirle lo que creo: No son nuestros pecados los que se han juzgado aquí. Son nuestros sueños. Nuestras esperanzas. Eso es lo que han condenado. Lo que creen que podrán matar' - ¿quién será el que se anime a decirle hoy algo en voz alta a Bartolomeo Vanzetti?, ¿qué otro demonio podría alguien inventar para que haya dos?.
Por esto es que elegí estas palabras para hablar de la maravillosa entrega generosa, honesta y profunda de compañeros como Luis Conti en aquellas oscuras y lacerantes jornadas de la última dictadura cívico militar argentina.
Luciano M. Cristaldo