http://www.cidh.org/annualrep/79.80sp/Argentina3358.htm
En el año 1982 - cuando el régimen comenzaba su retirada - en una reunión de estudiantes en la Facultad de Agronomía local, recuerdo haber escuchado a un compañero gritar el nombre de "Rosa Ana Frigerio" al terminar su discurso, lo hizo tres veces y los allí presentes respondimos al final de cada grito: "¡Presente!"
Debo confesar que en aquél entonces no sabía yo de quién se trataba. Si abren ustedes el enlace de más arriba, podrán pensar a Rosa Ana como una compañera de 20 años que estudiaba acá nomás, que habrá caminado las mismas calles que nosotros caminamos, transitado la ruta a Mar del Plata que tantas veces también transitamos. Y muy probablemente con los mismos sueños que nosotros tenemos.
Debo confesar que en aquél entonces no sabía yo de quién se trataba. Si abren ustedes el enlace de más arriba, podrán pensar a Rosa Ana como una compañera de 20 años que estudiaba acá nomás, que habrá caminado las mismas calles que nosotros caminamos, transitado la ruta a Mar del Plata que tantas veces también transitamos. Y muy probablemente con los mismos sueños que nosotros tenemos.
Cuando mi hija estaba en los primeros años de la escuela secundaria un día de mediados de marzo me preguntó si yo conocía alguna historia relacionada al 24 de marzo. Le contesté que sí. Que la historia que le iba a contar, era una historia muy triste. Y comencé el relato: Allá por el año 1974 yo tenía 20 años, era delgado, de barba oscura y con el pelo sobre los hombros. Estudiaba en la Facultad de Ciencias Agrarias que funciona en el INTA Balcarce y allí conocí a una hermosa morocha de ojos negros y mirada vivaz. Con ella solíamos encontrarnos en algún lugar del INTA o en el pasillo de la Facultad y teníamos, junto a otros compañeros, apasionadas charlas sobre la realidad política de la época. Ella era uno o dos años menor que yo. Vivía en Mar del Plata y como muchos estudiantes de la época viajaba a dedo todos los días. Hasta que un día de 1976, viajando hacia su casa, tuvo un accidente automovilístico. Como consecuencia de ese accidente tuvo lesiones muy graves que le ocasionó estar internada durante mucho tiempo. Luego de estar internada, siguió su recuperación en su casa. A raíz de las lesiones recibidas le colocaron un corset de yeso que le cubría el torso y llegaba hasta abajo de la cintura y por lo tanto no podía desplazarse por sí misma. Así estaba cuando la fue a buscar una patrulla de la Base Naval de Mar del Plata y se la llevaron. Ella se encontraba enyesada y por ese motivo fue sacada en una camilla y llevada en una ambulancia de la Base Naval de esta ciudad, donde quedó alojada. Sus familiares concurrieron periódicamente, para saber sobre su estado de salud, ya que cuando fue llevada se encontraba en estado delicado, ella había tenido después de ser operada una grave infección, y siete transfusiones de sangre, pero igual se la llevaron.
ResponderEliminarCuando sus familiares concurrían a la Base Naval, les decían que ellos les iban a avisar cuando la podrían ver, cosa que nunca ocurrió, nunca la pudieron ver ni tampoco llevarle ropa, ya que cuando la llevaron se fue solamente con su yeso. Siempre que les recibían algunas autoridades les decían que se encontraba bien, cosa que nunca pudieron comprobar.
A finales de 1976, hubo cambio de autoridades de la Base Naval, de ese momento no se porque causa les negaban diciéndoles que allí no se encontraba detenida. Entonces se presentó un habeas corpus el cual fue contestado el día 1º de marzo de 1977 positivo y que se encontraba a disposición del PEN.
Hasta que el día 23 de marzo de 1977 fueron citados los padres de Rosa Ana y recibidos por el jefe de la Base Naval y de otras personas, quienes después de algunas palabras sobre Rosa Ana, les comunicaron que Rosa Ana había muerto en un enfrentamiento diciendo que el país está en guerra y Rosa Ana conocía gente. En ese momento les entregaron una nota con el número de su tumba en el Cementerio Parque.
Esta hermosa morocha debería tener ahora alrededor de 54 años. Debería estar casada, tener hijos y quizás nietos. Debería andar caminando y disfrutando de este tiempo político. Pero las bestias cobardes que se la llevaron, la torturaron, la desaparecieron y la asesinaron. Una vez vi a los padres en la facultad. No me animé a acercarme. Se los veía abatidos.
Si alguien va a la facultad, en uno de los pasillos, hay un retrato de Rosa Ana. Su mirada sigue intacta y desde esos hermosos ojos negros parece pedir justicia, que felizmente está llegando. Cada 24 de marzo, cuento esta historia. La de una hermosa morocha de ojos negros, que tuvo el atrevimiento de soñar con un país mas justo, mas inclusivo, mas equitativo. Y cuento como estos cobardes asesinos que asolaron la argentina, la mataron como a tantos otros. Cuando hago este relato en las aulas, tengo la sensación que desde algún lugar Rosa Ana sonríe.
Juan C. Poblet
Hola, soy estudiante de Agronomia de la FCA de Balcarce. Te agradeceria mucho si algun dia pudieramos juntarnos a charlar sobre Rosa, seria muy lindo poder hablar con un compañero de ella, muchas gracias
Eliminaratranqueraabierta@gmail.com
Saludos!!!
buenas tardes, me llamo walter agorreca. Estoy realizando un trabajo de investigacion para un documental acerca de la violencia en los 70.
Eliminarla historia de Rosa ana, la vengo siguiendo desde que comenze esta investigacion. Me gustaria saber sobre ella. y dar a conocer su historia.
Si alguien puede brindarme informacion, tstimonio, saber el paradero de sus padres, o ustedes que fueron compañeros, me gustaria hablar con ustedes. mis sinceros respetos a la memoria de Ana y a todas las victimas del terrorismo de estado.
muchas gracias.
WALTER.
walteragorreca@hotmail.com