Artículo de Política Digital
A un año de la muerte del secretario de Derechos Humanos de la
Nación, las bases que dieron origen a la política de Memoria, Verdad y
Justicia que impulsó el kirchnerismo y que puso fin a la impunidad. Las
palabras de Cristina y un poema inédito de Duhalde, el bueno.
Por: María Sucarrat y Daniel Enzetti
A un año de su desaparición física, Tiempo Argentino revela el primer
borrador que Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos de la
Nación, le presentó a Néstor Kirchner en marzo de 2003. Su hijo Mariano
H. Duhalde, explica que se trata de "un borrador que trabajó el 22 de
marzo de 2003 y en el que delineó ideas para conversar con Néstor
Kirchner. Esto, cuando no sabía quién ocuparía ese lugar y a pedido de
Néstor". El documento titulado "Derechos Humanos para un nuevo país"
estaba en la computadora personal de Eduardo Luis al igual que un poema
que fue escrito en 2007 y rescatado y reproducido en Cuadernos de la
Militancia. Eduardo Luis Duhalde. Aportes para la construcción de una
Democracia Avanzada.
En marzo de 2003, Eduardo Luis Duhalde había trabajado en la
elaboración del Plan Nacional de Derechos Humanos cuyo objetivo
inmediato era la "fijación de pautas y metas para la discusión
participativa con los sectores sociales del Plan Nacional para 2004". El
primer punto tiene que ver con la acción de la Secretaría y los
primeros temas que debería tratar. La preocupación, y el punto de
partida, para Duhalde era enfrentar la crisis: "Porque el hambre, la
desocupación y la marginación social, con su secuela de mortalidad
infantil, desnutrición, deserción escolar, hambre y pobreza extrema,
constituyen violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos. Porque el
auge del delito, la corrupción y la pérdida de valores carcomen el
fundamento ético del Estado y la sociedad. Porque la injusticia genera
violencia y compromete la paz social, la tolerancia y la solidaridad."
Continúa con el concepto de "Un sólo Estado, brazos múltiples" y lo
fundamenta: "Porque el respeto y la promoción de los Derechos Humanos
debe recorrer todo el cuerpo del Estado. No hay democracia efectiva con
negación de los derechos fundamentales. Es función de esta Secretaría
contribuir a interrelacionar la acción de los ministerios, instituciones
y organismos dependientes del Poder Ejecutivo en esta tarea; coordinar
acciones con las Comisiones de Derechos Humanos del Parlamento Nacional,
contribuir a que en el Poder Judicial, los jueces apliquen los tratados
e instrumentos que tienen jerarquía constitucional, que en los ámbitos
provinciales se respeten de igual modo estos derechos que amparan a
todos los seres humanos."
En tercer lugar propone colocar el Estado al servicio de la sociedad:
"Porque se ha acabado el tiempo en que el Estado era agresor o
indiferente, cuando no represor del conjunto social. Un Estado al
servicio del pueblo implica reconocer las interpelaciones sociales, su
energía solidaria, su capacidad creativa y su capacidad de
auto-organización, convirtiéndose en Estado articulador de la sociedad
civil en el espacio público. Porque no hay otros fines éticos del Estado
que el estar al servicio de la sociedad, mejorando su calidad de vida y
generando la dignidad del trabajo y del salario, asegurando al mismo
tiempo la convivencia en paz, la salud, la vivienda y la educación."
El documento tiene una lista de nuevos enfoques de los Derechos
Humanos que luego, consecuentemente, se pusieron en práctica a lo largo
de la década ganada. Entre tantos de ellos, figuran: "Insertarse en el
presente y proyectar el futuro. Construir ciudadanía. Potenciar la
solidaridad. Coordinar la energía social. Seguimiento de casos.
Potenciar la acción reparadora de las secuelas del terrorismo de Estado.
Combatir la impunidad y la supervivencia de concepciones autoritarias
generadoras de actos ilegales por agentes públicos y sectores del
propio Estado."
Para alcanzar esos objetivos, Duhalde había propuesto aumentar los
recursos humanos incorporando al plantel de la Secretaría "antropólogos,
médicos, psicólogos, sociólogos, abogados especializados, politólogos,
comunicadores, trabajadores sociales, representantes de la juventud y
familiares de víctimas". Sugirió, además, la creación de un Observatorio
de los Derechos Humanos, la constitución de grupos de trabajo ad
honorem con participación de la sociedad en el análisis y proyección de
políticas de Estado, la creación del "voluntariado" de Derechos Humanos
para la incorporación masiva de formadores y facilitadores.
Acompañando esas medidas, el borrador contempla la "concertación de
espacios y programas en radios y canales de TV abierta estatales, un
proyecto de creación de un nuevo canal de TV por cable "El Canal de los
Derechos" mediante la participación de las ONG, la elaboración de
programas de radio y televisión, en cassettes y videocassettes, para su
reproducción gratuita en las emisoras de todo el país y radios abiertas
en puntos clave del conglomerado social." De igual modo, hace aportes en
el lineamiento de políticas educativas, una nueva política federal
"mediante el fortalecimiento del Consejo Federal de Derechos Humanos y
la creación de Consejos regionales, y mediante la creación de
delegaciones provinciales de la Secretaría de Derechos Humanos de la
Nación."
MEMORIA TRISTE. Escrito en 2007, rescatado por su hijo Mariano H. de
su computadora personal, inédito y bello es "Memoria triste", el poema
que escribió Eduardo Luis Duhalde a los 68 años:
Me he vuelto más sensible / con el tiempo, / los surcos de mi frente /
son grietas del alma / plagada de agujeros / en la coraza perforada. /
Rendijas donde cuelan / lágrimas soterradas / entre mis manos apretadas.
/ Sin anuncios / ni llamados, / el pasado vuelve / inexorable / en
mariposas de nostalgias / para llorar mis muertos / cada mañana gris,
cada mañana.
E Duardo Luis x Cristina
"También es un día para recordar a un hombre que se nos fue, un
funcionario de nuestro gobierno, un luchador de los Derechos Humanos,
como fue el doctor Eduardo Luis Duhalde; un hombre que tuvo toda una
vida de militancia, de lucha, de exilio también, de retorno del exilio
con las mismas ideas, con las mismas convicciones, sin grandes
alharacas, sin hacer alarde de lo que había hecho o de lo que había
dejado de hacer, porque no necesitaba hacerlo, su propia historia y sus
propias convicciones, así lo demostraron."
Palabras de Cristina Fernández de Kirchner, el 4 de abril de 2012.
Eduardo Luis por su hijo Mariano H.
Si quisiéramos distinguir un rasgo esencial en Eduardo Luis Duhalde,
podríamos referirnos a su vocación docente y a su capacidad de
observación. Docente porque en cada actividad de las múltiples facetas
que desarrolló a lo largo de su vida, siempre estuvo dispuesto a formar
compañeros y compañeras que pudieran desarrollar por sí mismos líneas de
acción tendientes a construir una sociedad mejor, más justa, soberana y
reivindicativa de la dignidad del ser humano. Donde la memoria
histórica y el desarrollo del hombre fueron hasta sus últimas acciones
pilares fundamentales de su quehacer.
Su inagotable optimismo y su confianza en las masas lo llevó a
transitar el mundo sin reconocer fronteras ni a escatimar esfuerzos para
ser útil y solidario allá donde el deber, las circunstancias o la
casualidad lo llevara. En ese transitar recogió la amistad y el
reconocimiento en los lugares del mundo que visitó, tanto para aportar
como funcionario de Naciones Unidas en la postergada África, o en
nuestro sufrido continente. A donde fuera aportó su mirada en función de
los derechos de los más postergados y de los luchadores sociales. Fue
un militante de tiempo completo, un intelectual comprometido con su
época, tanto en el desempeño de la docencia, el periodismo, en su tarea
de defensor de los Derechos Humanos, como en su rol de funcionario
público. Fue un entrañable amigo y un gran padre tanto de sus
contemporáneos como de las generaciones más jóvenes.
Su acción siempre fue acompañada por su pluma, incansable analista de
su tiempo, su capacidad de observación y reflexión lo llevó a pensar
meditadamente sobre la realidad y los sistemas políticos. Su carácter
antiimperialista y su temprana adopción de las herramientas que el
marxismo le brindara para el análisis y las enseñanzas que sus maestros
le aportaron estuvieron presentes hasta el final en la profundización
sobre materias y temas que completaban una formación totalizadora en
torno a la concepción del hombre como sujeto de la historia y de los
Derechos Humanos como fundamento inescindible del sistema democrático.
Una visión gramsciana de la historia y de la conformación del bloque
de la clase dominante acompañada de una gran intuición le permitió estar
abierto y atento a descubrir la oportunidad histórica para accionar
sobre la realidad para modificarla estructuralmente.
Esos valores y cualidades que él supiera advertir tempranamente le
permitió estar junto a Néstor Kirchner en el momento que la historia se
lo requirió. Sin vacilaciones y sin especulaciones personales apoyó
hasta el último resuello de aire el proyecto encarnado por Néstor
Kirchner, y de la misma manera durante el gobierno de la presidenta
Cristina Fernández. Fue en estos períodos de su larga trayectoria en los
que ocupó por primera vez un cargo público en el Poder Ejecutivo. Lo
hizo con orgullo y total dedicación y entrega, a sabiendas de que era el
corolario de una vida de lucha y que la misma se le iba en acompañar la
acción del gobierno que vino a restaurar las bases éticas en el rol del
Estado. Orgulloso de su conducta y de su modesto aporte a la
refundación de esta Nación bajo el lema de Memoria, Verdad y justicia me
toca, en nombre de todos los que trabajaron con él codo a codo y de sus
familiares directos, presentar los materiales que muestran el camino
transitado y que marcan los valores que rescatara en su lucha por
aportar los contenidos para una democracia avanzada, una democracia que
el concebía necesariamente imbuida de los contenidos y desarrollo de los
Derechos Humanos fundamentales, que necesariamente incluyen los
contenidos de Memoria, Verdad y Justicia, pero que no terminan allí,
sino que siguen en las políticas de inclusión, asignación universal por
hijo, el derecho a la vivienda, al trabajo digno, a la educación pública
y gratuita, a la salud para todos y todas, a la igualdad de género, en
suma, que se resume en los contenidos de Justicia Social desarrollados
por el gobierno de Néstor y de Cristina, a quienes no sólo admiraba por
su coraje y valentía, sino en quienes reconocía indudables dotes de
conducción para la tarea colectiva a la que gracias a su generosidad
entusiastamente desde el primer momento se pudo sumar y aportar en la
medida de sus posibilidades.
Convencido del apotegma que repetía incansablemente: "donde hay
voluntad hay un camino", quedan sus escritos y discursos para que cada
uno encuentre la manera de poner en práctica esos valores colectivos que
Eduardo Luis Duhalde supo hacer suyos convencido de que el problema
central de la militancia era la práctica de la práctica.