En la causa por el atentado contra la embajada de Israel, el tribunal reconoce la teoría de los explosivos, pero no nombra a Irán en el fallo.
Una apretada mayoría de cinco ministros de la Corte
Suprema señaló ayer, por primera vez, que el atentado a la embajada de Israel
fue perpetrado mediante un coche-bomba. Además, le imputó el ataque a la
organización fundamentalista Jihad Islámica, brazo armado del partido libanés
Hezbollah. La Corte, sin embargo, no nombra a Irán en su fallo, defraudando así
a los gobiernos de Argentina, Estados Unidos e Israel, que esperaban una nítida
condena al régimen de Teherán. Dos ministros del máximo tribunal, Augusto
Belluscio y Enrique Petracchi, fundamentaron su voto por separado negándose a
reconocer tanto la existencia del coche-bomba como la responsabilidad de la
Jihad. La realidad es que hay sólidas pruebas de que los terroristas utilizaron
una camioneta Ford F-100 cargada de explosivos, en tanto que las evidencias
sobre la participación del grupo fundamentalista son más débiles. Por ejemplo,
no se hicieron las pruebas más elementales destinadas a comprobar si en el
ataque participó o no un conductor suicida.
Tal como adelantó Página/12 hace un mes, la Corte
aprovechó un fallo cantado - el sobreseimiento de cuatro paquistaníes que no
tuvieron nada que ver con el ataque - para dejar en claro su postura sobre
algunos de los temas más polémicos de la causa Embajada.
* La existencia del coche-bomba: Desde el primer
día, la mayor parte de la Corte se inclinó por la tesis de la implosión, es
decir que el explosivo fue puesto dentro de la embajada. Algunos ministros
sostuvieron incluso que explotó un arsenal de los israelíes, lo que fue
desmentido por las pericias de la Gendarmería, la Policía Federal y los equipos
periciales que enviaron los gobiernos de España, Alemania, Estados Unidos e
Israel. La existencia del coche-bomba está verificada por una enorme cantidad
de restos del vehículo y el cráter que se formó en la calle.
* La responsabilidad de la Jihad Islámica: La Corte
pone como evidencias "incontrastables" los comunicados entregados
anónimamente en dos diarios del Líbano, An Nahar - que tiene editoriales en
inglés - y L'Orient-Le Jour, órgano francés. El director de An Nahar declaró
que el comunicado de Hezbollah "tiene el estilo habitual de la
organización" y los dos órganos libaneses también transcribieron un sermón
del líder espiritual del Hezbollah, Mohamed Fadlallah, en el que habría dicho
textualmente que "los combatientes musulmanes han probado luego del
asesinato de Abbas Mussawi - jefe de la
Jihad - que sus manos pueden llegar a la Argentina", refiriéndose así al
atentado de Buenos Aires. Otra prueba de importancia es la referida al dinero
utilizado para pagar la camioneta Ford F-100: un brasileño desconocido, que usó
un documento falso a nombre de Ribeiro Da Luz, entregó cinco billetes de cien
dólares que tenían unos pequeños sellos de El Líbano. Por último, en forma
también anónima, fue entregado en Beirut un video en el que se ve una foto del
frente de la embajada de Israel en Buenos Aires, aunque tomada varios años
antes del atentado.
La prueba más contundente sobre la responsabilidad
de un grupo fundamentalista islámico hubiera sido la verificación de que un
conductor suicida guió la camioneta hasta la embajada, tal como lo dice uno de
los comunicados de la Jihad, que incluso menciona el nombre del
"mártir": Abu Yasser, supuestamente un argentino convertido al Islam.
La investigación de la Corte - que fue más que deficitaria durante seis años y
mejoró bastante desde que la tomó el secretario Esteban Canevari - no pudo
establecer ese dato elemental: si hubo 22 muertos o 23. Es decir, si sólo había
restos de las 22 personas de las que se conoce el nombre y apellido o si entre
los escombros había restos de un individuo desconocido. Tampoco se pudo
determinar quién es el argentino que supuestamente desapareció el 17 de marzo
de 1992.
* La culpabilidad de Irán: La Corte no hace mención
al régimen de Teherán y en este punto discrepa tanto con el Gobierno como con
el juez del caso AMIA, Juan José Galeano, quien hace un mes puso por escrito
que Irán fue responsable del ataque contra la mutual judía. En la Corte
sostienen que "no hay ninguna prueba de que haya actuado un funcionario o
representante diplomático de Teherán", le dijo a Página/12 uno de los
hombres que participó de la investigación. "Nosotros creemos que
seguramente Irán financia al Hezbollah allá en el Líbano, le da dinero, pero no
verificamos que haya aportado mano de obra para el atentado", recalcó la
fuente.
En resumen, de los nueve ministros de la Corte, uno
- Adolfo Vázquez - no se pronunció por estar recusado. En su momento dijo que
"el atentado se produjo dentro de la embajada y que estalló un
arsenal". Por eso lo recusaron. Otro ministro - Antonio Boggiano - está
fuera del país, como ya es habitual. De los siete restantes, cinco suscribieron
el fallo en su totalidad, sobreseyendo a los cuatro paquistaníes, mencionando
la existencia del coche-bomba e imputando a la Jihad y dos no quisieron
pronunciarse sobre el vehículo ni la organización fundamentalista. Sobre esos
puntos, no dijeron nada.
Alfonsín y la investigación
El ex presidente Raúl Alfonsín sostuvo ayer que
"la Alianza debería investigar qué hizo el gobierno de Carlos Menem para
esclarecer los atentados contra la AMIA y la Embajada de Israel". El
caudillo radical consideró que "hay puntos oscuros de la gestión de Menem
y hay muchas cosas que ha discutido el país y no se ha resuelto, como la AMIA y
la embajada. Es una vergüenza que no se hayan esclarecido todavía". Hasta
el momento, el radicalismo y el Frepaso, que tienen gran peso en la Comisión
Bicameral de Seguimiento de las Investigaciones, no han sido especialmente
críticos de la pesquisa: hubo imputaciones más duras contra la Corte y cierto
conformismo con la labor de Galeano.
CARLOS CORACH Y LA CAUSA AMIA
No sabe, no contesta
El ministro del Interior, Carlos Corach, decidió no
emitir opinión sobre el regreso a prisión de cinco ex policías bonaerenses
relacionados con la causa AMIA. "Es una decisión de la Cámara Federal, no
me corresponde decir nada", señaló el ministro.
El viernes, los ex subcomisarios Bautista Huici y
Jorge Rago, los ex oficiales Marcelo Albarracín y Diego Barreda y el ex
suboficial Carlos Cruz debieron regresar a prisión después de que la Cámara
rectificara un fallo del juez Juan José Galeano, quien les había otorgado la
excarcelación. Corach tampoco quiso avanzar sobre la cuestión de la cinta que
apareció la semana pasada y en la que el Comando Radioeléctrico de la Policía
Federal instruye al patrullero 115 para que abandone, tres minutos antes del
atentado, la zona de la embajada, ordenándole que se traslade a la Cancillería.
En realidad, el ministro está esperando los resultados de la investigación
puesta en marcha por la Corte Suprema, especialmente en lo que se refiere a la
autenticidad de la cinta. El estudio técnico empezará a hacerse esta misma
semana. Mientras tanto, la Corte citó para hoy a integrantes del Comando
Radioeléctrico que en su momento declararon en la causa, señalando que no
habían dado orden alguna y también deberá comparecer el jefe de seguridad de la
Cancillería, o sea quien supuestamente pidió que le manden un patrullero.
A este fallo fue que hizo referencia hoy el Presidente de la CSJN - Dr. Lorenzetti - diciendo que: "Hubo una sentencia en 1999, muy anterior a la conformación de la corte
actual. Esa sentencia determinó la materialidad y la imputabilidad del
hecho. Encontró culpable a un grupo: Hezbollah. Esa sentencia está
publicada y consentida por las partes."
Es de una pobreza extrema haberlo referenciado de ese modo, decir: es cosa juzgada y se acabó; y si no es pobreza moral, jurídica y política, la causa de ese tratamiento por parte del titular de la CSJN, estamos frente al desarrollo de una conducta suya de suma peligrosidad, conducta que, aún en el caso de que obedezca a indolencia o a incapacidad, va en la dirección de un resultado sin consecuencias de ribetes siempre nefastos: encubrimiento e impunidad.
Tengo la plena convicción de que los últimos capítulos de esta historia terrible, iniciados por la tapa criminal del diario Clarín, referida a la marcha en París por el atentado a los dibujantes de Charlie Hebdo - criminal por las consecuencias geopolíticas posibles para la Nación - y seguida por la falsa denuncia del fiscal Nisman, podrían titularse: LOS ENCUBRIDORES CONTRA-ATACAN.
Luciano M. Cristaldo