Pedagogía de la Memoria

Creemos que la Pedagogía como señala Inés Dussel, no debe ser pensada como un camino o como el mejor modo de trabajar las estrategias más eficaces de transmisión de las memorias del pasado reciente, sino más bien, que la pedagogía debe ser un ejercicio de análisis de los discursos y las prácticas sociales que están disponibles, que circulan, nos rodean como sujetos y actores sociales del presente; y nos muestran cómo estamos atravesados por lo dominante, y al mismo tiempo cómo somos otro distinto que lo dominante. Es así que, evidentemente, no hay una única Memoria sino memorias en plural, que son objeto de disputa política, cultural, histórica y social donde los individuos, los grupos, las instituciones participan y construyen sentidos e interpretaciones que nunca son definitivas ni se clausuran. Es decir, se delinean en el marco de luchas y de relaciones de fuerza, que mutan y se transforman a lo largo del tiempo histórico, cristalizando en algunos momentos en relatos que logran grados de legitimidad social.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Jornada de Reflexión y Memoria del 6 de septiembre



El 6 de septiembre de 2012 en el Salón de Actos de la Escuela de Educación Secundaria N° 1 de Balcarce, realizamos la 1era. Jornada del Ciclo "Golpes de estado cívico militares en la Argentina del Siglo XX". Estuvo dedicada al ejercicio de memoria colectiva en torno al golpe de estado cívico militar (¿religioso?) del 6 de septiembre de 1930, perpetrado por la banda católica ultramontana, integrista, nacionalista de Uriburu contra el gobierno democrático de Hipólito Yrigoyen. 
La Jornada fue organizada en estrecha colaboración entre este CAIE ISFDT32 (con el apoyo del equipo de conducción del Instituto) y la filial local de la APDH.
El eje temático despierta sensibilidades de modo harto particular en la ciudad de Balcarce, pensemos sólo en dos datos: la escuela secundaria en la que se desarrolló el encuentro, está ubicada en la esquina de Avenida Favaloro y calle 18, la avenida lleva el nombre del Doctor René Favaloro desde fines de 2010, hasta ese entonces llevaba el nombre del dictador a pesar de las muchas gestiones realizadas para que cambiara su denominación a lo largo de casi setenta y cinco años; luego, en la cabecera de la plazoleta central domina el paisaje - esto es así aún hoy - la estatua del general fascista, montada sobre un pedestal de mármol en el que está tallada la siguiente leyenda: 
"AL GENERAL JOSE F. URIBURU
 HOMENAJE DEL
 PUEBLO DE BALCARCE
 VI-IX-MCMXXXVI"
La pregunta que irrumpe de inmediato ante este estado de cosas, es porqué Balcarce sigue siendo la única ciudad de la Argentina que homenajea a este fusliador de obreros que atentó - con éxito - contra la Constitución Nacional.
Nos acompañaron como panelistas en la Jornada: el Dr. Hugo Cañón presidente de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), el historiador Bruno Nápoli (docente en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo), la Dra. Guadalupe Godoy (Liga Argentina por los Derechos del Hombre -LADH- abogada querellante en la causa Julio López), el Dr. Miguel Monserrat co-presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y el Sr. Horacio Albani estudioso de la década infame en Balcarce. Participaron de la jornada estudiantes secundarios y de la educación superior, docentes de esos niveles y público en general. Luego de la exposición de los panelistas se abrió el debate, un debate que seguramente no se agotará durante un buen tiempo.
A continuación los videos. Lamentablemente alguna falla técnica (un mini DVD rayado) nos ha privado de registrar la totalidad de la palabra de los panelistas.





















Enrique Santos Discépolo 
05/09/1930-un día antes del golpe
Yira... Yira...
Cuando la suerte que es grela,
fayando y fayando
te largue parao;
cuando estés bien en  la vía,
sin rumbo, desesperao;
cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer
secándose al sol;
cuando rajés los tamangos
buscando ese mango
que haga morfar…
la indiferencia del mundo
- que es sordo y es mudo -
recién sentirás.

Verás que todo es mentira,
verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa…
¡Yira!... ¡Yira!...
Aunque te quiebre la vida
Aunque te muerda un dolor
no esperes nunca una ayuda
ni una mano, ni un favor.


Cuando estén secas las pilas

de todos los timbres que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abrazao…
Cuando te dejen tirao
después de cinchar
lo mismo que a mí.
Cuando manyes que a tu lado
se prueban las ropa que vas a dejar…
Te acordarás de este otario
que un día, cansado,
¡se puso a ladrar!

Los artistas suelen decirle a verdad al poder. Artistas de la talla de Discepolín expresan el corazón mismo de la cultura popular de su época. Su reloj no atrasa, ni adelanta, marcha al compás de su tiempo, no se equivoca. Como si 'adivinaran' lo que pasa, se vive, se siente y se respira en cada casa, de cada barrio, de cada ciudad, donde habita el pueblo. No es extraño - entonces - que el 5 de septiembre de 1930 se le ocurriera a Discépolo que no iban a caer en el vacio estas sentencias de la desesperanza.
Por último, quiero dejarles el enlace a la contratapa de Página 12 del sábado 15/09/2012, allí Osvaldo Bayer dedica a la Jornada un párrafo, nuestro agradecimiento por sus palabras, y ojalá podamos ser esos "seres nobles que ponen la cara para el triunfo de la Ética. Para lograr ese mundo soñado sin armas y con niños que sonrían eternamente."
El debate se ha abierto aún más y enriquecido. Son dos las grandes líneas que lo signan, la primera - grande, importante - es si vale la pena, si es bueno, si es necesario, si sirve para algo. Nuestra postura es ya conocida, sabemos que es valioso, bueno y necesario, y aún más: sabemos que es imprescindible. La segunda línea de discusión respecto de este recorte en particular es que hacemos con el monumento: personalmente voto por dejarlo cabeza abajo, sería una saludable manera de desnaturalizarlo y hacerlo una marca permanente para las memorias, para las de hoy y para las que vendrán.

viernes, 17 de agosto de 2012

Revolución. El cruce de los Andes - Avance



"Revolución. El cruce de los Andes", una coproducción entre Canal 7, Canal Encuentro y el INCAA, dirigida por Leandro Ipiña. La película, protagonizada por Rodrigo De la Serna, recrea el cruce de la cordillera de los Andes del Gral. Don José de San Martín y su Ejército, en 1817.

jueves, 16 de agosto de 2012

Ordenaron el traslado de Menéndez


El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de La Rioja ordenó esta mañana el traslado del exresponsable del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano BenjamÍn Menéndez, acusado por el asesinato de los curas Carlos Murias y Gabriel Longueville durante la última dictadura cívico-militar, por lo que el inicio del juicio por los "Mártires de Chamical" comenzará en la tarde. El abogado querellante por la secretaria de Derechos Humanos, Ramiro Fresneda, aseguró que el juicio probará la existencia de "un plan sistemático de persecución contra la diócesis de Enrique Angelelli, que era una opción por los pobres". El excomodoro Luis Estrella y el excomisario de la policía de Chamical, Domingo Vera, son los otros dos imputados en la causa.
Murias y Longueville fueron acribillados en julio del 1976, dos semanas antes del falso accidente que acabó con la vida de Angelelli, con quien trabajaban codo a codo. Pero, para completar su teoría, el abogado cordobés recordó que entre los asesinatos de los dos curas y el de Angelelli, fue aniquilado también Wenceslao Pedernera, quien sin pertenecer a la Iglesia, acompañaba la misión pastoral de aquel cura que representaba una "opción por los pobres".
Fresneda indicó que durante el juicio podrán exponerse pruebas de que tanto sacerdotes como laicos cercanos a ese movimiento fueron perseguidos. En la misma línea se manifestó el secretario de Derechos Humanos de La Rioja, Domingo Bordón, quien advirtió que durante la dictadura militar se "demonizó a Angelelli" y que a todos los detenidos se los interrogaba sobre su posible relación con él.
En cuanto al traslado de Menénedez, el Tribunal tomó la decisión "en función de lo informado por la Junta Médica del Hospital Nacional de Clínicas de la ciudad de Córdoba, que concluyó que el mismo se encontraría en condiciones físicas de afrontar las instancias de un proceso judicial en cualquiera de sus modalidades".
El juicio se desarrollará en la sede del Superior Tribunal de Justicia que está ubicado en el quinto piso del edificio de la Avenida Perón 258, en el que también funciona el correo central local.
Fuente: Página 12 - Jueves 16 de agosto de 2012
Así informaron los diarios de la dictadura cívico militar en 1976.

Carlos Murias y Gabriel Longueville - Dos muertes como mensaje a Angelelli




CRISTINA MURIAS, LA HERMANA DE CARLOS, EL CURA ASESINADO EN LA RIOJA
Dos muertes como mensaje a Angelelli
Empieza en La Rioja el juicio por el homicidio de Carlos Murias y Gabriel Longueville, los dos sacerdotes que trabajaban con el obispo Angelelli, quien investigó sus muertes y también fue asesinado.
 Por Alejandra Dandan
Desde La Rioja
“Para mí lo que pretendieron cuando matan a Carlitos y a Gabriel es darle un mensaje al obispo: un mensaje para que se calle la boca, porque cuando hace la misa de cuerpo presente Angelelli dice: ‘Me pegaron donde más me dolía’”, dice Cristina Murias, la hermana de Carlos, uno de los dos curas mártires de Chamical. “Angelelli hizo la misa. Lloraba a moco tendido, no se preocupaba. ¡Cómo lloraba desde el púlpito! Y decía: ‘¡Donde más me dolía! Porque a Carlitos yo lo conocía desde los 12 años y yo lo ordené!’. Por eso yo creo que empiezan por Carlitos, y aparte porque los tenían a mano.”
Treinta y seis años después empieza el juicio por el asesinato de los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, parte de la pastoral del obispo Enrique Angelelli, en una parroquia de Chamical. Los secuestraron el 18 de julio de 1976, los tuvieron en la Base de la Fuerza Aérea dilleel pueblo y arrojaron los cuerpos muertos dos días después con los ojos vendados y marcas brutales de tortura. Angelelli, que había ordenado a Carlos en Buenos Aires, celebró la misa de cuerpo presente. Cinco días más tarde fusilaron a un laico y quince después ejecutaron al obispo en el falso accidente de ruta que la Iglesia siempre ocultó junto con una carpeta con las investigaciones de los crímenes. El juicio empieza en una trampera llena de pedidos y contrapedidos de los dos acusados para que se detenga. Pero finalmente estamos aquí. La persecución a la pastoral y el trabajo de los curas por las tierras con el movimiento campesino será eje del juicio.
–¿Carlos había recibido amenazas?
–El 24 de marzo lo que empezó fueron las detenciones. Dos curas fueron detenidos, pero lo que hacían eran detenerlos en la ruta cuando iban de un lado a otro, les hacían parar el auto. Los tenían cuatro o cinco horas interrogándolos y los dejaban ir. También con las monjas. Después los citaban a la Base. A Carlitos lo citaron en junio, lo sé por él. Lo acompañó otro cura. Le dijeron: “¡Qué cristianismo es el de ustedes! ¡Eso no es cristianismo!”. Entre marzo y junio hubo muchas citaciones. Después vino Augusto Pereyra, lo citan, no va y caen a buscarlo a la casa de una feligresa. Y tiene que ir. Decían que Chamical era un nido de guerrilleros. Ahora yo creo que Carlitos lo presentía.
–¿Por qué?
–Lo vimos en junio (en Córdoba) cuando murió papá. Le dijimos que se cuidara. “No creo que se animen con un obispo”, nos dijo. Cuando vuelve a Chamical, aparece De Tomasso (alguien cuyo nombre está en la causa, ligado a otra escena en la que un comodoro de apellido Bario aparece a comienzos de los ’70 como dueño de una extensión de 68 mil hectáreas en el oeste de Chamical. Carlos, Gabriel y Angelelli trabajaban con los campesinos ahí para intentar alguna organización contra los que querían embaucarlos. Aquel De Tomasso reapareció en Córdoba mientras se llevaban adelante esos trabajos). Un día nos dijo: “¡Díganle a su cuñado que se calle la boca!”. Esa noche fuimos al teléfono de mi mamá. Llamamos a Carlitos y nos dijo: “No vuelvan a llamar a la parroquia, ni me hablen desde lo de mami. No importa, nosotros ya sabemos”. ¡Cómo no iban a saber, si la Base estaba enfrente de la parroquia! O sea, no había que decirles a los militares qué hacían ellos.
–Un día antes del secuestro Carlos dio una misa.
–Cuentan las feligresas que va a dar misa en la parroquia de Santa Bárbara. Y cuando termina la misa dice: “Recen por este cura que está amenazada la vida”. Cuando (uno de los dos acusados del juicio, el ex comisario Domingo Benito) Vera las cita a declarar, le cambian lo que dicen. Vera siempre manejó la causa, desde el primer momento.
–¿Cómo vive este momento?
–Con una terrible ansiedad, con mucha angustia porque en esta provincia somos minoría y esperando que al final salga la verdad. Durante todos estos años he tratado de aportar todo. Pero estoy esperando, esperando que al final el bien triunfe sobre el mal.
–¿La angustia es por lo que usted llama blindaje político de los acusados?
–Yo veo que Vera, oriundo de Chamical y del que todo el mundo sabe que estuvo ahí, porque lo vieron, porque dejó de ir a la Iglesia, nunca estuvo preso en estos 36 años. Tiene parientes en la cámara de Chamical; su abogado los tiene en el superior tribunal, y así. Yo veo que tiene mucho respaldo político. Y la angustia es porque ya en una oportunidad la Justicia provincial hizo un juicio con sólo dos imputados (dos ex convictos); ningún juez encontró conexiones locales, fueron absueltos y terminamos prácticamente con nosotros imputados. Ahora me da miedo de que pase lo mismo, pero me alientan los abogados, la querella de la Secretaría de Derechos Humanos y el fiscal de Córdoba.
Cristina acaba de llegar de Córdoba con su hermana. Revuelve unas carpetas y desde adentro de una bolsa saca dos fotos chiquitas en blanco y negro. El cura Carlos bautiza a uno de sus hijos. Era enero de 1976. En la foto Carlos la abrazó: “A mí me dijeron que ese abrazo me iba a acompañar toda la vida –dice–, así, acá, me lo imagino en el juicio”.
Fuente: Página 12 - 16 de agosto de 2012

miércoles, 15 de agosto de 2012

Pablo Javier Gaona Miranda el nieto 106 que recupera su historia


 

Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron la restitución de la identidad a Pablo Javier Gaona Miranda, hijo de padres desaparecidos, quien se convirtió en el nieto 106 en recuperar su historia.
Pablo Javier Gaona Miranda, nació el 13 de abril de 1978 y fue secuestrado el 14 de mayo de ese mismo año, hijo de Ricardo Gaona Paiva -nacido en Paraguay- y de María Rosa Miranda, oriunda de Córdoba.
Durante el anuncio, realizado en la sede de Abuelas, su presidenta Estela de Carlotto leyó el comunicado en el que explicó que "Pablo Javier fue separado de sus padres al año de vida y hoy, después de 34 años, fue liberado de la mentira, después de haberse acercado el 29 de junio pasado con dudas acerca de su identidad".
"Inmediatamente fue derivado a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) para la realización del examen de ADN, y los resultados acreditaron su verdadera filiación", señaló Carlotto.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo explicó que el padre de Pablo, "Ricardo Gaona Paiva, nació en 20 de septiembre de 1956, militó en la Juventud Universitaria Peronista (JUP), estuvo detenido en la comisaría de Villa Martelli y en la cárcel de Olmos y a poco de recuperar su libertad se integró al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), al igual que su madre".
En este sentido, agregó que "en la militancia a ella la llamaban "Silvia" y a el "Paraguayo", además Ricardo trabajaba como encargado en un edificio en el centro porteño donde se mudaron con María Rosa y, luego, el 13 de abril de 1978 nació Pablo en el Hospital Rivadavia".
Según se leyó en el comunicado, los padres de Pablo fueron vistos con vida por última vez, "el 14 de mayo de 1978 cuando se dirigieron a Villa Martelli a la casa de los padres de Ricardo para festejar el aniversario de la independencia de Paraguay".
Carlotto informó que "hoy sabemos que el niño fue entregado a un matrimonio como hijo propio y el entregador fue un coronel retirado, primo del hombre que lo crió".
Además agregó que, "Pablo Javier siempre supo que no era hijo biológico aunque le contaban que lo habían traído de la provincia de Misiones y en 2001 empezó a preguntarse por su identidad, pero en 2008 manifestó sus dudas a la mujer que lo crió, quien le confirmó su sospecha: era hijo de desaparecidos".
"Hoy Pablo Javier se puede encontrar con sus tíos, primos y una abuela, que tiene 82 años y que siempre lo buscó", resaltó Carlotto, acompañada por el tío paterno de Pablo.
Por otra parte, en el comunicado, las Abuelas resaltaron que están cumpliendo 35 años de búsqueda, y "la lucha sigue siendo tan desesperada como al principio; con el agravante de que el tiempo se nos acaba pero el recambio generacional está asegurado".
Por último, remarcaron la importancia de que "la justicia haya demostrado que los nietos fueron víctimas de un Plan sistemático de robo de bebés, que fue posible por los militares pero también por la anuencia de la sociedad, que hoy nos acompaña y nos puede ayudar a encontrar a los nietos que faltan".
El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, afirmó que "recuperar la identidad de otro nieto es para el Estado Argentino, y para los militantes que tenemos vocación por la Patria, una alegría, porque hay otro argentino con el pleno goce de sus derechos, sobre todo a su identidad".
Fresneda, también agradeció "a la prensa por haber dado lugar durante mucho tiempo a las denuncias de las Madres y las Abuelas", y resaltó que "transitamos una Argentina de la verdad, desafiando la impunidad día a día, tal como fue la convicción de Néstor Kirchner y la es hoy en la presidenta Cristina Fernández de Kirchner".
Por su parte, el tío de Pablo Javier allí presente, agradeció especialmente "a todos los que me acompañaron en esta búsqueda, como la comunidad paraguaya y los compañeros del Movimiento Evita".
Durante la conferencia, también estuvieron presentes los nietos recuperados Victoria Montenegro, Francisco Madariaga y Tatiana Ruarte Britos, entre otros; los legisladores Remo Carlotto, y Gabriela Alegre; Marita Perceval, de la secretaría de Derechos Humanos; y Elsa Oesterheld, viuda del escritor Héctor Osterheld.
Carlotto, acompañada por Rosa Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas, por su hija Claudia (presidenta de la CONADI), destacó que "aún nos falta encontrar a muchos nietos y entre ellos está el hermano de Martín (Fresneda)".
"Hoy es nuestro secretario de Derechos Humanos y lo acompañaremos en todo, porque además lo conocemos de chiquito, ya que su abuela Otilia Argañaraz es una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo en la provincia de Córdoba, ya somos una gran familia", concluyó Carlotto.
(Fuente: Diario digital de la agencia de noticias Télam - Política, 07/08/2012, 17 hs.)

viernes, 20 de julio de 2012

Homenaje a Luis Conti en el Concejo Deliberante

LUIS CONTI - ACTOR BALCARCEÑO DESAPARECIDO EL 19 DE JUNIO DE 1976 DURANTE LA ÚLTIMA DICTADURA CÍVICO MILITAR.

Hace tan sólo una semana atrás, hice en la sala de sesiones  del Concejo Deliberante - durante el homenaje - el mónologo del alegato de inocencia de Bart de la obra Sacco y Vanzetti de Mauricio Kartun. Es un buen momento para escribir acerca de ello, las sensaciones están aún a flor de piel. El teatro sabe - dice Jorge Dubatti - saben sus artistas... Y es cierto, el arte todo es un especial modo de conocer y significar el mundo, entonces quienes lo hacen también saben, pero... no sabemos todo.
No sé, por ejemplo, que fue lo que sucedió allí, en el interior de cada uno de los asistentes del público, creo que debe haber sido en menor o mayor medida movilizante, más sólo lo creo, no me sobran las certezas. Puedo sí intentar arrimarme a las variables que determinarían esas distintas medidas, seguramente - pienso - no habrá impactado del mismo modo, por ejemplo, en un concejal (estaban los concejales presentes) del palo político de Nicola y Bart, que en otro que participa de la ideología Juez Thayer al que poco puedan importarle categorías tales como 'la explotación del hombre por el hombre o el atropello contra la dignidad humana'.
No me refiero a que alguno de ellos sea anarquista, eso sería de una incoherencia manifiesta, no se puede ser anarquista y poder del estado al mismo tiempo, a no ser que se padezca esquizofrenia ideológica, pero sí se puede ser concejal y tener simpatía por los oprimidos, o incluso - si es que así fuere - tener conciencia de serlo.
El monólogo se insertó en el homenaje organizado por la Asamblea Permanenente por los Derechos Humanos (con la adhesión del CAIE del ISFDT32) a Luis Conti, actor balcarceño detenido-desaparecido durante la última dictadura cívico militar, el 19 de junio de 1976. Son efectivamente muchos los puntos de contacto entre el texto y lo que podría ser el discurso válido de un detenido desaparecido, les dejo aquí un fragmento:
"Quiero que quede bien claro que siempre he luchado por terminar con el crimen en la tierra, no sólo el crimen que la ley y la moral oficial condenan, sino también ese otro crimen que admiten y protegen: la explotación del hombre por el hombre y el atropello contra la dignidad humana. Y si hay alguna razón por la que aquí se me juzga, si hay alguna razón por la que van a condenarme, es por esa y por ninguna otra. Usted, Juez Thayer, ha estado en contra nuestra desde antes de conocernos. Le bastó con que éramos anarquistas para convertirnos en asesinos. Permítame decirle lo que creo: No son nuestros pecados los que se han juzgado aquí. Son nuestros sueños. Nuestras esperanzas. Eso es lo que han condenado. Lo que creen que podrán matar. Y quieren hacerlo tan solo porque estos sueños nuestros les amenazan la realidad. Soñamos cambiar el odio por amor, y aquí es el odio el que tiene poder. Soñamos un hombre solidario, y esta realidad solo se mantiene con la competencia salvaje. Creemos en la verdad y la libertad y aquí solo valen la opresión y la mentira. Descubrimos que los derechos y privilegios, aquí se adquieren y se mantienen solo por la fuerza. Comprendimos que en nombre de Dios, de la ley, de la patria, se cometen los delitos más feroces; que los pueblos se encuentran corrompidos en el corazón, los sentimientos y la mente por obra del ejemplo y la voluntad de los gobernantes. Pero también entendimos que la igualdad es la única base moral sobre la que puede regir el contrato social humano. Y que si nosotros, y la generación que nuestras mujeres llevan en sus vientres no somos capaces de modificarlo habremos fracasado todos, y la humanidad seguirá siendo cada vez mas mísera y mas infeliz."
Un párrafo aparte merece la sensación que me acompañó luego del monólogo, creí percibir que las palabras de Bartolomeo Vanzetti eran deseadas por unos y por otros, unos querrían poder decir cosas como esas y otros querrían escucharlas en boca de quienes los representan; y no tanto por una pretensión estética en la retórica del legislativo, sino por la maravillosa y maravillante, transparencia, honestidad y profundidad de las convicciones que esas palabras trasuntanEsas palabras impregnan el aire a punto tal, que aún de entre quienes participen de la ideología del Juez Thayer - 'Usted, Juez Thayer, ha estado en contra nuestra desde antes de conocernos. Le bastó con que éramos anarquistas para convertirnos en asesinos. Permítame decirle lo que creo: No son nuestros pecados los que se han juzgado aquí. Son nuestros sueños. Nuestras esperanzas. Eso es lo que han condenado. Lo que creen que podrán matar' - ¿quién será el que se anime a decirle hoy algo en voz alta a Bartolomeo Vanzetti?, ¿qué otro demonio podría alguien inventar para que haya dos?.
Por esto es que elegí estas palabras para hablar de la maravillosa entrega generosa, honesta y profunda de compañeros como Luis Conti en aquellas oscuras y lacerantes jornadas de la última dictadura cívico militar argentina.
Luciano M. Cristaldo
  

lunes, 18 de junio de 2012

Francisco 'Paco' Urondo (10 de enero de 1930-17 de junio de 1976


'El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme,
pero lo he derrotado
para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algún día.
Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la
Cenicienta, aunque algunos

me recuerden con cariño o descubran mi zapatito
y también vayan muriendo.
'
Fragmento de 'La pura verdad'



Carta muy abierta a Francisco Urondo
Por Julio Cortázar
[Publicada en Liberation, 1973]
Parece, según noticias de buena fuente, que de un tiempo a esta parte, no es nada fácil dar con vos personalmente. Siempre fuiste un poco jodón, pero en este caso estoy convencido de que no tenés la culpa de que los amigos no puedan tomarse un vinito con vos, y como no soy rencoroso te escribo, Paco, con la seguridad de que muy pronto has de cambiar de conducta y no solamente aceptar visitas sino incluso devolverlas. A la espera de todo eso te voy a hacer rabiar un poco, porque si a vos no se te puede ver resulta que a otros si, y a lo mejor te divierte que te cuente como me las arreglé en Quito hace apenas dos meses, para ir a pegarle un abrazo a Jaime Galarza. Yo a este punto ya lo conocía de París, no personalmente pero allá, lo sabés de sobra, somo muchos los latinoamericanos que se juntan y hablan y por ahí van saliendo algunas cosas, pavaditas, claro, no vamos a exagerar. Y los ecuatorianos me habían contado cosas de Galarza, yo lo había leído y de golpe zás, El festín del petróleo. Nada, doscientas páginas poniendo en claro lo que a mucha gente le interesaba mantener oscuro, el invariable escamoteo de una riqueza casi increible, pactos y contratos y consorcios y cualquier cosa menos petróleo del Ecuador para los ecuatoriños. Vos te imaginás las consecuencias del libro: por un lado la edición que se agota antes de que haya tiempo de secuestrarla, y por otro una maquinita bien montada, Jaime Galarza a la cárcel como”cómplice intelectual” de una operación más bien movida en un supermercado. Todas estas cosas se repiten tanto que uno tiene la impresión de estar contando siempre lo mismo, en todo caso si te aburrís chiflame. Lo fuí a ver, y resultó más fácil de lo que pensaban algunos. Fuí con la rubia Mireya (como irrespetuosamente la llamaste vos alguna vez a mi compañera), porque esta lituana loca no es de las que me deja ir solo a lugares de mala fama. Y como mala, es mala, algo sabés de eso, te sacan el pasaporte a la entrada y vos pensás que por ahí se les pierde, esos descuidos penosos. A Jaime lo encontramos con otros huéspedes del hotel y algunos amigos, entre ellos por extraña coincidencia un periodista que visitaba a otro detenido y que al día siguiente dió la noticia a tres columnas, cosa que te probará la utilidad de esa clase de circunstancias. Hablamos largo de Festín y de otros petróleos de este continente, yo aprendí algunas cosas que acaso serán útiles cuando vuelva a Francia, y además, hubo todo eso que hoy no puede haber entre vos y yo, ese quedarse callados, mirándose como nos miramos los amigos, con esa mirada que no tendrán nunca los que nos separan. Me fuí, claro, pero me fuí sabiendo que de alguna manera no me iba, y que también Jaime se iba conmigo en esa zona del corazón que está para siempre a salvo de los cercos, las rejas y el odio. Cambiamos un par de libros y abrazos, la rubia Mireya organizó como sólo ella sabe hacerlo un sistema perfecto de postes restantes, revistas, publicaciones y antibióticos para la muchachada de a bordo. A mi pasaporte no le faltaba ni un sello a la salida, y más bien pienso que tenía uno de yapa. Ahora sé quién es de veras Jaime Galarza, ahora me siento más fuerte porque su prisión, las cicatrices de la tortura en sus muñecas, serán como tantas otras cosas, parte de mi fuerza. Y si te cuento esto, Paco viejo, es porque sé que te gustará leerlo y que para vos será como si te hubiera visitado, como si también vos y yo hubiéramos fumado juntos un rato, mirándonos con nuestra sorna de porteños. Y también porque otros leerán esta carta, cerca o lejos de vos, y comprenderán que de alguna manera quise estar con todos, y que mi abrazo con Jaime es el que todos nos damos y nos daremos siempre, hoy de lejos, mañana en esa calle abierta en que nos encontraremos para seguir el largo, necesario y hermoso camino que lleva a nuestro sueño.

Julio


domingo, 11 de marzo de 2012

Carlos Pagliere (ex juez) declaró en el juicio de Olavarría y fue aplaudido

En la edición de Página 12 de hoy - domingo 11 de marzo de 2012

Testimonio y homenaje

Carlos Pagliere hizo lo que pocos, aceptar en plena dictadura un hábeas corpus y salir a buscar a un perseguido. Tuvo que dejar la carrera judicial, pero el expediente que abrió entonces fue clave para la causa de hoy.

Por Alejandra Dandan

Carlos Pagliere fue el juez que investigó durante la dictadura las primeras horas del secuestro del abogado laborista Carlos Moreno, de Tandil. El sumario que reconstruyó ahora es una de las pruebas más importantes del juicio oral a los represores que se lleva a cabo en Olavarría. El juez actuó en base a un hábeas corpus impulsado por el Colegio de Abogados de Azul y por abogados de Tandil y Olavarría. Usó su auto particular, cargado con la máquina de escribir, un secretario, un defensor y un fiscal, con los que lograron encontrar en la oscuridad la casa donde había estado Moreno en uno de sus frustrados intentos de huida. Por las presiones que recibió, Pagliere salió a buscar apoyo hasta en la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires. La respuesta de los jueces y su periplo, que incluyó la decisión de renunciar a la Justicia, acaba de ser relatada en el juicio oral por el ahora ex magistrado. En plena sesión, recibió un caluroso y emocionado homenaje de toda la sala.

“Me causó una fuerte impresión el reconocimiento que hizo la sala y que me aplaudieran, porque realmente yo sentí que no debía ser así”, dice Pagliere. “Claro, uno hace las cosas que normalmente se debe esperar de alguien con una función pública. Lo único que hice fue cumplir fielmente el juramento que asumí y eso ha sido mi manera de manejarme en la vida, no quiero espectacularidad porque sería destruir lo hecho en cuarenta años de ejercicio.” En momentos en que las causas de lesa humanidad echan luz sobre la inacción de buena parte de las estructuras judiciales durante la dictadura, aquello lo convierte en un juez singular. No sólo por el desempeño o las presiones, sino incluso por cómo explica que aún no sabe si su intervención no precipitó finalmente el asesinato de Moreno.

“Me intriga –dice– y no creo que alguna vez pueda dilucidarlo, que mi intervención no haya precipitado que se le diera muerte a Moreno. Eso siempre lo he llevado conmigo como una carga muy pesada, no lo voy a poder develar, pero creo que pasó al día siguiente de que yo estuviera en el campo al que él llegó escapándose cuando era prisionero.”

En abril de 1977, un grupo de abogados pidió verlo en su despacho. Pagliere los recibió, le dieron un hábeas corpus y uno de ellos le dijo que Moreno había sido visto en la comisaría primera. “Rápidamente me voy en mi auto particular, con mi secretario y escribiente”, dice el ex juez. “Le doy la noticia al fiscal y al defensor de turno y por supuesto por la discreción necesaria, quería ser sorpresivo. En Tandil allano la comisaría, pero no estaba ahí y allano los otros dos posibles lugares que eran la comisaría segunda y el destacamento de Villa Italia, pero todo dio negativo.”

El juez volvió entonces a la Comisaría 1a, donde encontró a otros abogados que le dijeron que aparentemente había un testigo que había visto a una persona que podía haber sido Moreno, en las afueras de la ciudad. Lo dejaron por escrito e inmediatamente el juez salió para la sierra.

“Era de noche, yo no conocía la zona así que no podría hoy identificarla. Llegamos, el lugar no tenía luz y me acuerdo que tomamos la declaración al hombre con un sol de noche que de pronto se apagó y generó una sensación bastante fea, porque yo tenía la íntima convicción de que en algún lugar cercano debía estar el doctor Moreno, porque de la manera que había llegado no podía estar muy lejos de ahí.”

El hombre les dijo que había visto a una persona barbuda, con el torso desnudo, descalzo, con los pies lastimados, que le pidió auxilio, pero que él se negó a dárselo por miedo. El juez se retiró pero al otro día buscó una foto de Moreno; le pidió a un dibujante que le agregue una barba y volvió a llamar al testigo que lo identificó como el abogado. Ese tipo de contrapruebas son las que consolidaron el expediente. Como sucedió cuando el jefe de la Regional Azul lo llamó para decirle que tenía una prueba que podía entregarle o no, en alusión a la política de desaparición. Finalmente lo hizo, le dio el saco de un traje que había encontrado en un alambrado. El juez nuevamente volvió a contrastar si era de Moreno y hoy cree que lo dejó el abogado, para avisar que había pasado por ahí.

En el relato hubo otros puntos importantes. Un nuevo llamado del jefe de la Regional para avisar que en un radiograma le estaban pidiendo información sobre el juez. Como los únicos que manejaban los radiogramas eran las fuerzas de seguridad, Pagliere no tiene duda de dónde venían las preguntas. Luego lo llamó uno de los abogados que había impulsado la denuncia y le avisó que estaba totalmente presionado. En ese contexto, el juez decidió entrevistarse con el presidente de la Corte Suprema bonaerense, Gerardo Peña Guzmán.

“Me di cuenta de que estaba poniendo en riesgo a mi familia. Arriesgarme yo no era tanto problema porque yo sabía que era mi deber. Pero había gente de por medio, abogados, y entonces me pregunté: cómo hago para mantener la discreción y a su vez que se sepa esto sin que trascienda. Decidí ir yo mismo y en soledad a La Plata, me llevé una fotocopia del sumario y me entrevisté con Peña Guzmán.”

“Mire, doctor –le dijo–, estoy investigando una cuestión que quiero que el máximo tribunal conozca. No vengo a pedir instrucciones porque sé lo que tengo que hacer pero quiero que se sepa por si pasa algo.” Peña Guzmán le pidió dos horas. Pagliere volvió y lo recibió otro ministro, del que no da su nombre porque está muerto. “Me recibe en el salón de verano de la Corte, que es una sala especial en la que se hacían los acuerdos de los nueve jueces, un lugar que impone formalidad, digamos, una actitud reverencial hacia la idea de la Justicia.”

“¿Qué está haciendo usted investigando esta causa?”, le inquirió el ministro. Le dijo que era un tema de la Justicia militar. Pagliere respondió: “Hasta este momento, lo que tengo es que ha desaparecido una persona, yo soy un juez penal e intervengo ante un hábeas corpus y hasta he encontrado una punta”. El ministro repitió sus palabras y Pagliere insistió: “Creo en la Justicia pero siento que me están pidiendo algo que no es lo que mi deber me pide”.

El ministro le pidió entonces otras dos horas. Pagliere decidió renunciar al cargo de juez. Cuando volvió lo recibió Peña Guzmán. El juez le habló de la renuncia, pero Peña Guzmán le dijo que él mismo había aprendido que las cosas debían pelearse desde adentro. Mientras conversaban, de pronto sonó el teléfono. Era el entonces ministro de Justicia de la provincia, Jaime Smart, que ahora que es juzgado dice no haber hecho nada. Smart llamaba para decirle que en ese momento el Primer Cuerpo estaba dando a publicidad que Moreno había muerto en un enfrentamiento.

Este viernes, al terminar su alegato, los fiscales de la causa saludaron los actos de Pagliere y anunciaron que iniciarán una causa por lo actuado en esos años contra los miembros de la Corte Suprema provincial.

Imagen del Diario El Eco de Tandil